RECUERDOS DE GUARDAMAR: Los CARROS, un elemento imprescindible en la vida de Guardamar

No hace tanto que los carros tirados por mulas o yeguas los veíamos por nuestras calles, cuando una vez montados y asegurados todos sus elementos se disponían para el transporte de algunos de nuestros vecinos, mercancías y/o aperos agrícolas de los que tiraría el mismo animal que tiraba del carro en su camino hacia el campo o la huerta. Eran unos carros humildes pero prácticos, que exigían el cuidado de herreros y carpinteros que los reparaban una y otra vez, puesto que sus dueños no disponían de mucho dinero para renovarlos o cambiarlos. De la mula o yegua — puesto que era un miembro muy importante al que había que cuidar y proteger– se ocupaban el dueño, sus familiares, los herreros que había en la localidad y el veterinario Don Julián Rodríguez,. En las casas que tenían un carro, la mula o yegua disponía de una cuadra donde se alimentaba y descansaba. En las casas más grandes incluso se guardaba el carro dentro de lo que conocíamos como “el parador”, y cuando no era así se quedaba aparcado en la puerta de la casa. Salvo que esté equivocado cada carro tenía su correspondiente matrícula y pagaba anualmente un impuesto al Ayuntamiento de Guardamar, cosa que quisiéramos de documentar con vuestra ayuda. Cuando volvían los carros al pueblo al anochecer o salían de madrugada para la Huerta o el Campo llevaban en su última época de esplendor unas linternas cogidas a las varas de su parte izquierda, para hacerse visibles al resto de vehículos. Andrés Ramón Poveda en su libro “Recuerdos de Guardamar” sobre la vuelta de los carros de la huerta o el campo por las tardes nos cuenta lo siguiente: “…Allí estaba la carretera con su hora punta, o sea, la puesta del sol. Una gran caravana, formada por centenares de carros con sus mulas y unas cuantas carretas de vacas, se retiraban camino del pueblo después de una jornada en la huerta. La marcha era lenta y los carros, más ligeros que las carretas, adelantaban a estas cuando podían. Alguna iba cargada con raíces de alfalfa –la raíz de alfalfa, secada al sol y quitándoles la tierra adherida, es uno de los piensos preferidos de los bueyes…” En la foto vemos el carro de Manolo Ruiz, fallecido a principios de enero 2018, en el que van un grupo de mujeres, entre las cuales está la madre de José Ramón Zaragoza García –que nos ha facilitado esta foto–, además de su padre (fallecido). Posiblemente irían camino de la Huerta de Guardamar a coger ñoras.